La fotografía se ha convertido en algo inmediato, ya no hay
que esperar al proceso de revelado tradicional en el que te impacientabas por
ver el resultado. Ahora las cámaras digitales permiten observar la
fotografía segundos después de la captura y se publican a los minutos en las
redes sociales. Esto nos situa en un constante cambio, en una temporalidad del
"aquí y ahora".
La temporalidad y el período de contemplación de una
fotografía es cada vez más efímero y, en cierto modo, inexistente.
Para representar la visualización perecedera de una imagen
recurrí a técnicas de fotografía tradicional. Y así unir pasado y presente para
obtener una imagen efímera.
La cianotipia es una técnica tradicional que
consiste en impregnar un material, en este caso papel, con una solución
fotosensible. Al exponer este a la luz del sol con un negativo o con cualquier
objeto encima, el hierro que compone la solución se va reduciendo y va
cambiando de color el papel. Después de dejarlo varios minutos expuesto, se
enjuaga en agua para que se eliminen las sustancias solubles del papel,
quedando solo la imagen que se formó. En este caso se usó un positivo impreso
en una transparencia de un autorretrato, para que quedara una imagen negativa.
Y aquí el resultado:
![]() |
El cianotipo original, negativo de un autorretrato |
![]() |
Pasado a positivo. |
Pasados unos 3 días la imagen se fue desvaneciendo hasta que finalmente desapareció casi por completo.
"Las fotografías pueden ser más memorables que las imágenes en movimiento porque son una rebanada de tiempo y no un flujo. La televisión es un torrente de imágenes sin seleccionar, cada una cancela la precedente. Cada fotografía fija en un momento privilegiado, convertido en un objeto plano que uno puede guardar y mirar de nuevo"
Susan Sontag.
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